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Ser hermosa... ¿Bendición o maldición?

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Ser hermosa... ¿Es una Bendición o una maldición?
 
Había una vez un pueblo en donde vivía una hermosa dama. Ella tenía una enorme fortuna, una inmensa casa con muchos empleados y era, incondicionalmente hermosa. Joven e inocente, la bella dama buscaba desesperadamente el amor de su vida. Pero… ¿Por qué no lo encontraría teniendo lo que tenía?
Era hermosa, y cualquier hombre se postraba ante su figura, envidiada por todas las mujeres del pueblo, en especial por una.
Una chica de cabello oscuro estaba recostada sobre un árbol, esperando a que se secara la ropa que acababa de lavar en el río. Era también muy linda, aunque muy pobre de dinero. Se la veía triste, tal vez porque al salir de su hogar había visto a aquella hermosa y rica dama. Una lágrima se deslizó por su mejilla al levantarse para recoger del sol los harapos, ya secos. Tal vez si fuera más hermosa y tuviera más dinero encontrara a su amado. Ella se lo imaginaba hermoso, fuerte y adinerado. Sin embargo, sacudió la cabeza y se apartó la idea. Nunca conseguiría un solo hombre como era.
Circulaba por el pueblo que una hechicera había llegado recientemente al pueblo, pero no era como las demás, sanaba a los heridos en vez de maldecirlos y ayudaba a los pobres. Sin embargo, nadie la había visto nunca.
Al llegar a su casa con la ropa limpia, se imaginó pidiéndole a la hechicera que bendijera a su familia con dinero y belleza. En especial belleza, pensó.
Al día siguiente, mientras caminaba por la calle principal hasta el pozo de agua, al tropezar con un adoquín sobresaliente del suelo descubrió que una anciana, de pelo muy largo envuelta en una capa le hacía señas. Esto era muy extraño ya que solían ignorar a su familia debido a su pobreza. Sin embargo, al levantarse y dirigirse hacia la extraña anciana, un mal presentimiento comenzó a recorrerle el cuerpo. La anciana comenzó a andar hasta una destartalada cabaña un poco apartada del camino principal. El interior era modesto, no más sucio ni más pobre que su propia casa. Entonces la anciana la observó y dijo:
He escuchado tu súplica, me dijiste que necesitabas una bendición, y aquí estoy para ofrecértela. Encontrarás al amor de tu vida en 1 mes -dijo la anciana.
¡Oh! -exclamó la joven mientras dejaba caer el recipiente que llevaba.
Al salir de la cabaña, todo el mundo comenzó a mirarla, estaba muy asombrada para ver el tipo de mirada que le dirigían las demás personas. Pero en su interior pensó:
Oh, debo de ser hermosa, y en mi casa debe haber mucho dinero -pensó con deleite.
Ya pasado el mes, la joven dama comenzó a prepararse para recibir al amor de su vida. Limpió a fondo su casa y comenzó a preparar la comida. Hacía un mes que no se miraba en el espejo, esperando el momento para verse a si misma con su hermoso hombre, una imagen espléndida. Esperó y esperó, pero nadie llamó a su puerta. Así pasó todo el día y al darse la vuelta para ir a quejarse a la hechicera, vio su imagen reflejada en un espejo que había puesto, sin mirarse, para la ocasión. Era mucho más fea que antes. La mirada que todos le dirigían no era de admiración, sino de espanto.
Corrió hasta la casa de la hechicera, casi llorando por su mala suerte. Al llegar, entró sin siquiera golpear a la puerta y dijo:
¡Oh hechicera ¿Por qué me has hecho esto?! -dijo
Te he bendecido -respondió la anciana
¡Mentira, me has hecho fea! -gritó
¡Piensa mujer! ¿Qué acaso no te has dado cuenta por ti misma? ¿Acaso no sabes qué le ha pasado a aquella mujer que tanto odias? ¿¡Acaso estabas tan ensimismada, atrapada por tu nuevo ego que has dejado de vivir en este mundo!? ¡Esa mujer estaba maldita! Era rica y hermosa, un día vino un caza fortunas, la enamoró y le robó todo su dinero, partiéndole el corazón, otro día vino otro hombre y la violó. ¿Acaso crees que esa mujer encontrará su verdadero amor siendo la presumida y avariciosa que es? ¡Claro que no!. ¡Tu eres fea, ningún hombre intentará enamorarte solo porque seas linda!, ¡Eres pobre, nadie intentará enamorarte para aprovecharse de ti! ¿¡Qué te queda!? ¡Solo quedas tú!. ¡Tu sí tendrás la oportunidad de encontrar a alguien que te ame, que no le importe que seas pobre, que le de igual que seas fea, simplemente querrá que seas feliz y te amará con toda su alma!, puede llegar en un día, 60 años, 5 meses, pero llegará. -explicó la Anciana gritando intermitentemente.
La joven salió de la cabaña, herida por las palabras de la vieja hechicera, asimilando la razón y sabiduría de sus palabras. Tenía lógica. Al llegar a su casa, tropezó con alguien, ambos cayeron al suelo. Al mirarle a la cara, comprendió que el día no había llegado a su fin.


Texto publicado bajo la licencia Creative Commons 3
Autor: Lorenzo Núñez.

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